Una
de las
principales
actividades de
la Asociación
Unadikum consiste
en dar
respuesta al
llamamiento de
los sindicatos
de agricultores
de Palestina
(UAWC), de
ahí el
nombre Unadikum
(os invocamos),
para proteger
a los
campesinos y
las campesinas
de los
continuos ataques
de las Fuerzas de Ocupación Israelís
sobretodo en
tiempo de
cosecha.
Finalmente el
lunes 21
de abril
nos dirigimos
a la
zona de
Khuza'a en
la Franja
de Gaza,
quince
brigadistas que
llegamos después
de esperar
hasta 8
y 10
días en
el Cairo
para poder
cruzar la
frontera de
Rafah la
cual había
permanecido
cerrada durante
tres semanas
por decisión
de las
autoridades
egipcias.
La
brigada salió
com suele
hacerlo a
las seis
de la
mañana
coincidiendo con
las horas
de menos
calor que
los campesinos
aprovechan para
poder hacer
mejor su
trabajo. El
paisaje amable
de campos
de trigo
dorados nos
resulta familiar
a la
mayoría de
brigadistas y
al principio
todo empieza
con sonrisas,
abrazos entre
palestinos y
brigadistas conocidos,
presentaciones de
los nuevos y
llega el
reparto de
chalecos
amarillos con
los que
los
internacionales
nos podemos
distinguir a
quilómetros de
distancia. Manu,
nuestro
coordinador, nos
dirige hacia
la zona
donde los
campesinos
forzosamente
tienen que
dirigirse pues
los cultivos
se encuentran
cerca de
la valla
y una
vez allí
formamos una
barrera humana
con nuestros
cuerpos entre
la valla
y las
mujeres y
hombres que
trabajan
agachados sacando
hierbajos.
También los
chiquillos que
no están
en edad
escolar y
que juegan
alrededor de
sus padres.
Delante
de nuestra
vista y
detrás de
la valla
se distinguen
las torretas
del ejército
y de
momento todo
parece tranquilo
hasta que
Manu nos
avisa de
que los jeeps
ya van
llegando por
el camino
que ladea
la franja desde
lado israelí.
En ese
momento,
sobretodo los
nuevos, sentimos
cierto
nerviosismo pero
nadie dice
nada porque
sabemos que
es lo
que puede
pasar y
todos estamos
debidamente
informados del
protocolo (no
correr, no
hacer gestos
bruscos y
en caso
de que
alguien se
sienta muy
incómodo
socializarlo
rápidamente para
evitar
situaciones de
ansiedad
descontrolada).
El
primer día
nos sirvió
para darnos
cuenta de
que todo
iba en
serio, vi
como bajaban
cuatro soldados
del jeep
con mis
propios ojos,
cogían sus
armas y
disparaban hacia
arriba en
modo
amenazantemente
avisor. En
ese momento
noté como
se me
secaba la
garganta, era
el miedo,
un miedo
controlado, pero
miedo humano
al fin
y al
cabo. Manu
les gritó
en inglés
“don't shoot
us, we
are international
delegation and
we have
members of
a Parlament
here”.
Ni
siquiera sabemos
si nos
escuchan cuando
les pedimos
que no
disparen pero
es lo
único que
podemos hacer
además de
brindar nuestros
cuerpos para
formar esa
barrera humana
tan simple
y tan
efectiva a
la vez.
Esa línea
humanista
recuerda a
las cadenas de
gente con
las que
la Plataforma
de Afectados
por la
Hipoteca se
planta delante
de las
casas de
las familias
que van
a ser
desahuciadas por
la policía.
Sigo
creyendo en
la política
para poner
fin a
los conflictos,
especialmente en
el caso
palestino, pero
es imprescindible
a la
vez recurrir
métodos tan
inmediatos y
sencillos como
la protección
de civiles
por parte
de los
movimientos
internacionales,
la protección
de esas
familias de
Gaza que
se limitan
a recoger
su cosecha
en sus
propios campos
evita muertes
y heridas
físicas y
emocionales
incurables
mientras no
llega la
solución
política a la ocupación.
video que mostra com els soldats israelís tirotejen als nostres peus
Sara Vilà Galán
Diputada Parlament de Catalunya ICV-EUiA
Miembro Brigada Unadikum Abril 2014
video que mostra com els soldats israelís tirotejen als nostres peus
Sara Vilà Galán
Diputada Parlament de Catalunya ICV-EUiA
Miembro Brigada Unadikum Abril 2014
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